Nacido el 14 de junio de 1894 en Moquegua, al sur de Perú, y bautizado con el nombre de José del Carmen Eliseo, siendo niño sufre un accidente que lo deja postrado durante un largo tiempo, con secuelas para el resto de su ajetreada vida. Producto de esta inmovilidad y de dificultades económicas, suspende sus estudios primarios, volcándose de lleno hacia el hábito de la lectura y la formación autodidacta, haciendo de esta inicial debilidad una virtud. El periodismo y las convulsionadas calles de Lima, pero también su estancia durante más de tres años en Europa en plena crisis, serán sus principales escuelas. La amputación de una de sus piernas, lejos de obturar su ímpetu creativo y voluntad transformadora, coincide con el inicio de un periplo agónico -es decir, de lucha- en el que la reflexión y el hacer se amalgaman desde el magnetismo y la confianza en el mito de la revolución. Mariátegui no deja de soñar jamás con el asalto al cielo, así sea en silla de ruedas.
Periodista, militante, intelectual, educador popular, ensayista, crítico de arte, impulsor de emprendimientos culturales y editor. Supo tomar distancia de las miradas eurocéntricas de algunos marxismos, para edificar un proyecto emancipatorio original y desde Nuestra América. Se formó con -a la vez que nutrió a- distintos campos de la tradición cultural y política del sur global: el marxismo, el surrealismo, el psicoanálisis, el feminismo, la crítica literaria, el indigenismo y el vitalismo, por nombrar sólo algunos. No dudamos en afirmar que, porque Mariátegui sentía como sentía, pensaba como pensaba y actuaba como actuaba. Era esa sensibilidad extrema la que le permitía vociferar que el proyecto a construir, socialista, no debía ser ni calco ni copia de lo que ya conocemos, sino una creación heroica de los pueblos.
En sintonía con esa integralidad, optamos por producir este Dossier como un collage que contiene diversos registros y estilos teóricos, filosóficos y estéticos, que van desde el cuento, la ilustración y la poesía hasta el análisis político y la crítica literaria, pasando por el psicoanálisis y el ensayo. Se cumplen 90 años de su muerte un 16 de abril de 1930 en Lima, cuando tenía tan solo 35 años. Casi tres vidas del Amauta caben en este tiempo y, sin embargo, se nos presenta cada vez más joven y actual.